Los agroazucareros masoenses aprovechan la humedad de sus campos para impulsar la siembra de la gramínea, paso imprescindible en sus aspiraciones de desarrollo cañero.
Con el apoyo de las nuevas medidas implementadas por la máxima dirección del país para preservar el sector azucarero, en Bartolomé Masó trabajamos por incrementar las siembras de primavera y con ello garantizar mayores volúmenes de materia prima para la industria.
Así aseguró el Ing. Juan Viltres Sosa, jefe del Grupo de Caña de la Empresa Agroindustrial Bartolomé Masó Márquez, quien además señaló que lo más importante ahora es asegurar la calidad de estas plantaciones y luego mantener la vitalidad de las mismas.
Desarrollamos para ello, dijo, los denominados “Días de Campo” que no son más que acciones de capacitación distribuidas cada semana por las distintas bases productivas del territorio donde aprovechamos para demostrar en la práctica cómo se procede en cada labor de cara al surco.
Con el apoyo de técnicos y especialistas del Instituto Nacional de Investigaciones de la Caña de Azúcar (INICA) efectuamos talleres de siembra, cultivo y fertilización, así como del control integrado de plagas y enfermedades, combinando con el uso extensivo de la tracción animal.
Volver a lo tradicional, dijo Juan, no solo constituye una necesidad imperiosa de estos tiempos, sino un método muy efectivo para incrementar rendimientos, disminuir costos y mantener la vitalidad de un cultivo que quiere recuperar su condición de privilegio en nuestra economía.
La siembra y el laboreo con buey, el cultivo manual, el aprovechamiento de la jornada laboral y mejoras en la atención al hombre, figuran también entre las acciones emprendidas en cada cooperativa masoense para reactivar la producción cañero-azucarera.
A ellas se suma el control estricto de cada recurso, la explotación de todo terreno cultivable y el incremento de la producción de semillas, sin las cuales es imposible la ampliación de nuevas áreas cañeras.
Elevar los rendimientos del cultivo, hoy muy por debajo de los niveles deseados, constituye otra de las necesidades más urgentes de los hombres y mujeres de campo en Bartolomé Masó en su empeño de revitalizar un sector que, durante casi un siglo, ha sido el embrión de la economía y la sociedad del territorio.
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