Trabajan agropecuarios masoenses por incrementar la producción mular en el territorio.
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En el municipio granmense de Bartolomé Masó mantienen acciones encaminadas a potenciar el programa de desarrollo mular.
Para frenar el continuo deterioro que enfrenta esta masa ganadera, la actual estrategia incluye el sostenimiento de 3 patios equinos con 15 yeguas en régimen de estabulado y la atención a 8 puntos de monta directa, donde son llevadas al burro unas 200 équidas en celo.
Solo en las montañas masoenses el déficit mular supera los 300 animales de carga toda vez que la disponibilidad actual no rebasa los 800 de estos híbridos de yegua y burro, algunos de ellos envejecidos, enfermos o con otros signos de reemplazo.
A ello se suma que en no pocos casos suelen ser víctimas del accionar sedicioso de algunos malhechores que utilizan sus carnes para el contrabando.
Cuando es explotado con moderación, el período de vida de un mulo oscila entre los 10 y 15 años y más de tres de ellos se requieren para que estos animales se encuentren listos para las faenas de carga, proceso que va desde la fecundación y embarazo de la yegua hasta la doma del potrillo.
De ahí la necesidad de potenciar la crianza y buen cuidado de este inseparable aliado del montañés, transporte exclusivo en innumerables parajes de estas serranías.